(Fuente:
www.infoban.com.ar)
Además el gobernador espera recibir
alrededor de 8 mil millones de dólares en
inversiones.
En
una extensa reunión mantenida en
Casa Rosada, donde estuvieron presentes,
además de los dos mandatarios, los dos
jefes de gabinete, Sergio Massa y Alberto
Pérez, los dos ministros de economía,
Carlos Fernández y Rafael Perelminter, y
el ministro del interior Florencio
Randazzo, el gobierno nacional decidió
incluir a la Provincia en el listado del
Plan de Asistencia Financiera.
Si bien los participantes no difundieron
el monto total de la refinanciación, y se
limitaron a recordar que para el año
pasado fue de $ 2.800 millones para las
cajas de jubilación, y de $ 3.500 para el
FONIN (Fondo Nacional Docente), se supo
que para el 2009 los vencimientos corridos
para adelante serían de alrededor de $
3.000, con lo que se achica en gran medida
el requerimiento financiero del estado
provincial, que había previsto una
necesidad de $ 7800 millones para el
presente año.
Perelminter ratificó lo ya expuesto
cuando se anunció el presupuesto, que se
emitirá un bono por 500 millones de dólares,
y el resto, unos $ 1.500 millones,
mediante préstamos varios.
A todo esto el jefe de asesores del
gobernador, Juan Courel, anunció que la
Provincia espera alcanzar la cifra de
8.000 millones de dólares mediante el
sistema de repatriación de capitales,
para lo cual durante el 2008 se aprobó la
ley de Trámite Técnico Simplificado, que
favorece la inversión en las Pymes, por
ahora volcadas fundamentalmente a la
industria, pero que esperan desarrollar
las algo más retrasadas dedicadas al
turismo y al complejo agroganadero
industrial.
Este alivio para las arcas provinciales se
da sin que siga sin tratarse a fondo la
coparticipación federal, donde la Buenos
Aires sigue siendo la provincia que más
aporta al PBI, pero que perdió, con
sucesivos gobiernos nacionales anteriores,
sus porcentajes históricos de participación.
Sin embargo y contra las especulaciones
agoreras de los sectores concentrados de
poder, la recaudación creció en enero un
22,49 % con respecto a igual período del
2008, donde había trepado un 30,87% con
respecto al 2007, por lo que se puede
apreciar que a pesar de la fuerte caída
en el cobro del inmobiliario rural, no hay
un amesetamiento, sino un “amontañamiento
más leve, pero todavía en el marco del
crecimiento".